
Descendiendo, dirección al lago helado y gris. En la ladera de la montaña, miles de piedras, piedrecitas. Rocas y cenizas. En mis pies descalzos, barro negro. Siento los músculos de las piernas -tríceps y gemelos- cansados. Rotos por dentro en finitas fisuras, profundas y húmedas.
Desciendo, para llegar a la cima. Y en el intento, tropiezo en un saliente granítico. Caigo. Me precipito barranco arriba. Un precioso y soleado vuelo:
Cinco segundos,
un impacto mortal.
Dulce y final.
1 comentari:
Quan et poses a escriure així em fas ballar el cap.
Un petó guapíssim!!!!
TATIMUUUUU
Montse.
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