17.3.06

PAUSA

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6.3.06

Sagrera

Tras unos ojos casi azules, el viejo pedía ayuda con una mirada vidriosa de desesperación. Estaba perdido en el transbordo de la línea marroquí a la línea europea. La multitud pasaba por su lado sin percibir su grito mudo de auxilio. Era un hombre de unos sesenta y pico años, cerca de los setenta. De aspecto humilde y con una bolsa llena de trozos de piel de naranja en la mano derecha. Recostado en un banco, la humedad del andén de la estación se reflejaba en él. Se fijó en mí. Quise ayudarle, pero no lo hice. Tenía prisa. 499

Sagrera

Tras unos ojos marrones, el joven perdido en sus ensimismaciones, observaba la estación desde una ventanilla del tren. Su rostro hambriento y dudoso ante aquel trayecto de incierto destino pero de clara dirección. Era un chico de unos veintipico años, cerca de los treinta. De aspecto tranquilo y vestido con una chaqueta de cuello alto con berreguillo. Apoyado en el cristal de la ventana, parecía pregutarse cuándo volvería a comer. Me fijé en él. Acababa de comerme la última naranja. 499

2.3.06

Ja vigilem on anem a pescar... 14207

Gripe Aviar

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Los expertos alemanes en virología se esfuerzan por evitar que cunda el pánico entre la población tras la detección del primer caso de gripe aviar en un gato. Sin embargo, ante las muchas incógnitas que todavía rodean esta enfermedad, recomiendan extremar las medidas preventivas en las zonas afectadas. (EFE) Leo este artúcilo y me pregunto: ¿Puede estar relacionado el virus H5N1 con los cambios que está padeciendo mi tortuga desde hace unos meses? Era el mes de marzo pasado cuando empecé a observar la aparición de un pequeño bulto en la mandíbula inferior de mi tortuga (Carmen, para los amigos). Unas semanas más tarde, el caparazón que siempre había presentado un buen estado empezó a debilitarse, y con los días empezaron a caer partes de éste apareciendo una infinidad de poros abiertos. Ya en junio, se veía claramente una gran perfilación de la boca de la tortuga dirigiéndose toda ella hacia la formación de un prepico. De los poros, aparecieron unas supurosas y viscosas protuberancias . Actualmente, mi tortuga tiene pluma. Su caparazón un mar de pequeñas plumas de diferentes tonos rosas. Y su cara afilada vociferando todo el día píos disonantes y torturadores.

1.3.06

Sueño

Se miran pero no se ven. -¿Quiere cogerlo? Una mujer le entrega un bebé llorando. Él, de pie, lo coge y se lo acerca a su pecho. El bebé cesa en su llanto y se agarra tranquilamente al calor de su padre. -Gracias -dice él. Camina hacia un rincón escondido de la habitación, donde se protege de las miradas tristes que buscan ojos ajenos donde consolarse. No hay espejos; él los mandó quitar. Entre el resguardo y el silencio, se fija en su hijo (Su hijo, así lo han llamado al dárselo). Siente el cuerpo del bebé dormido en su pecho. No pesa; respira y sueña. Levanta la mirada y se acerca a la ventana. El sol resbala por sus dos cuerpos y abriga su tristeza. No es suficiente. Ve la calle. Gente anónima de aquí para allá. Ve una mujer en una bicicleta roja. Empieza a llorar. Un extremo llanto que tiende al infinito, cerca de la prematura e inesperada soledad. Un llanto desgarrador que agujerea la membrana de las neuronas donde se esconden los recuerdos que no queremos recordar. Las lágrimas secas de sal resbalan con el sol en el torrente que lleva a su volátil memoria a encontrarse con la carita de su hijo (¿Hijo?). El bebé despierta. Sus ojos que aún no ven nada observan a su padre llorar. 3701